Las Asociaciones de Farmacias de Cataluña FETAC han propuesto que la figura del farmacéutico sea la encargada de informar a la ciudadanía sobre la crisis del COVID19 y, así, evitar colapsar los centros de salud u obtener información inexacta de otros puntos de información.
Esta es una de las estrategias de las farmacias frente al COVID que se está defendiendo desde Cataluña para centralizar la información acerca de la pandemia en una figura relevante en el sector médico: el farmacéutico. En Arras Farma nos hemos hecho eco de esta noticia y, por eso, en este post queremos compartirla contigo de forma más detallada.
Una mejor coordinación entre los agentes sanitarios
Los farmacéuticos catalanes quieren que la figura del titulado sea clave en este momento de pandemia. Por ello, defienden que el farmacéutico debería ser el encargado de informar a los ciudadanos aportando una información veraz y actualizada en todo momento. De esta manera, se evitarían las informaciones contradictorias y, sobre todo, se reducirían las visitas a los centros de salud.
De esta forma, la comunidad farmacológica está apostando para que exista una mayor coordinación entre la Atención Primaria y la Salud Pública generando unos agentes informativos localizados en las farmacias. En este sentido, la FEFAC (Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña) ha anunciado una serie de medidas que han sido expuestas ante la consejería de Salud de la Generalitat de Catalunya; el objetivo de dicho decálogo es mejorar la colaboración que existe entre el sistema sanitario y las oficinas de farmacia.
Mayor integración de la farmacia en el sector sanitario
Una de las propuestas que defienden los farmacéuticos catalanes es que exista una integración mayor de la farmacia en el sector sanitario. En concreto, animan a que haya más coordinación a la hora de detectar problemas de salud pública, así como el seguimiento de las epidemias, mejorar las coberturas de las vacunas o contribuir en las campañas de prevención de salud.
Del mismo modo, defienden que las alianzas y colaboraciones que han surgido entre las farmacias hospitalarias y las comunitarias sigan tal y como han estado trabajando durante la crisis del COVID19; de esta forma, los pacientes de medicamentos hospitalarios podrán acceder a una dispensación de tipo ambulatoria y, así, evitar al máximo los desplazamientos a los hospitales y centros de salud.
Otro de los puntos que se defienden en dicho decálogo es que la oficina de farmacia se convierta en un establecimiento de referencia a la hora de informar acerca del uso de los medicamentos, del seguimiento del tratamiento, así como del control de los enfermos crónicos.
También se defiende que exista un auge de la atención domiciliaria desde la farmacia comunitaria, sobre todo, en la situación de personas de riesgo, mayores o con discapacidad. Para que esto pueda regularse, sería imprescindible crear una norma que permita dicha función dentro de las farmacias.
En resumen, lo que los farmacéuticos catalanes están defendiendo es la creación de un sistema de coordinación fluida entre la salud pública y las farmacias, especialmente, las de atención primaria. Por lo que proponen que se siga apostando por las recetas electrónicas y por la gestión digital de los pacientes.